INTRODUCCION

Tintoretto, de nombre verdadero Jacopo Comin (Venecia, 29 de septiembre de 1518 - Venecia, 31 de mayo de 1594), fue uno de los grandes pintores de la escuela veneciana y probablemente el último gran pintor del Renacimiento italiano. En su juventud también recibió el apodo de Jacopo Robusti, pues su padre defendió las puertas de Padua frente a las tropas imperiales de una manera bastante robusta. Su verdadero apellido, 'Comin' ha sido descubierto recientemente por Miguel Falomir, jefe del departamento de Pintura Italiana del Museo del Prado, Madrid, y se ha hecho público a raíz de la retrospectiva de Tintoretto en el Prado (2007).[1] Por su fenomenal energía y ahínco a la hora de pintar fue apodado Il Furioso, y su dramático uso de la perspectiva y los especiales efectos de luz hacen de él un precursor del arte barroco. Sus trabajos más famosos son una serie de pinturas sobre la vida de Jesús y la Virgen María en la escuela de San Rocco. Jean Paul Sartre escribió diversos ensayos sobre Tintoretto.Años de aprendizaje Nació en Venecia, República de Venecia, en 1518, era el mayor de 21 hermanos. Su padre, Giovanni, era un tintorero; de ahí que su hijo tuviera el apodo de Tintoretto, pequeño tintorero, o hijo del tintorero. La familia era originaria de Brescia, una ciudad-estado a unos 170 kilómetros de Venecia. Otros estudios posteriores indican la ciudad toscana de Lucca como origen de la familia. En su infancia Jacopo, un pintor innato, comenzó a pintarrajear sobre las paredes de la tintorería; su padre, dándose cuenta de esta inclinación, lo llevó al taller de Tiziano a ver si podía aprender a ser artista. Cabe suponer que esto ocurrió en torno a 1533, cuando Tiziano tenía ya (de acuerdo con el cálculo usual) cincuenta y seis años de edad. Alumno de Tiziano aunque no por mucho tiempo, se dice que aprendió de su maestro el arte del color y las sombras. Las relaciones entre Tiziano y Tintoretto fueron distantes a lo largo de su vida, siendo de hecho Tintoretto un admirador profeso y ardiente de la obra de Tiziano, pero nunca un amigo, y Tiziano y sus partidarios le volvieron la espalda. No faltó tampoco una abierta denigración, pero Tintoretto no le prestó atención. No buscó otro maestro, sino que estudió por cuenta propia con celo laborioso; vivió pobremente, coleccionando moldes, bajorrelieves, etc. para practicar con su ayuda. Se interesó por las corrientes manieristas toscanas, romanas y emilianas, difundidas en Venecia por artistas como Sansovino, Salviati y Schiavone. Su gran modelo en el dibujo fue Miguel Ángel. Estudió especialmente los modelos de la Capilla funeraria de los Médicis (Florencia): la Aurora, el Día, el Crepúsculo y la Noche. Su noble concepción del arte y su alta ambición personal quedaron evidenciadas en la inscripción que colocó sobre su taller: Il disegno di Michelangelo ed il colorito di Tiziano ("El diseño de Miguel Ángel y el colorido de Tiziano"). Sentía pasión por los efectos de las luces. Hacía figuras de cera de sus modelos y experimentaba con ellas colocándolas en distintos ángulos para ver el efecto de la luz antes de pintarlos. Como resultado de estas pruebas, algunas figuras aparecen en más de una de sus obras, siempre pintadas con diferente iluminación. A veces tomaba como modelos a muertos diseccionados o estudiados en escuelas de anatomía; algunos estaban envueltos en telas, otros desnudos. Con frecuencia trabajaba tanto por el día como durante la noche. Debido a su trabajo, vivía de la manera más retirada, e incluso cuando no estaba pintando solía permanecer en su taller, rodeado por moldes. Aquí rara vez admitía a nadie, ni siquiera a amigos íntimos, y mantenía sus técnicas de trabajo en secreto, excepto para sus asistentes.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Universidad Catolica (Visita de exposicion para no videntes)

La ambición de esta exposición es ampliar y completar esta evocación de la fascinación por la antigüedad . El moldeado es crucial para los no videntes para conocer la escultura desde su propio enfoque tridimensional. La escultura es el único arte para ser percibido a través del tacto, ofrece a las personas con discapacidad una sensación de placer. Por lo tanto, el moldeado, como hemos visto, tenía por objeto la formación de artistas y el placer de los coleccionistas, encuentra un nuevo sentido como el único método de difusión objetiva del conocimiento a los no videntes, pero también para todo público. Que les den a los invidentes la oportunidad de demostrar sus capacidades y su productividad en la sociedad muy interesante la exposicion .Por último, quisiera decir que la integración de los videntes hacia los ciegos no es una fantasía ni una idealización, se hace que los alumnos de los colegios comunes o universidades hagan sus actividades cotidianas con los ojos vendados a fin de conocer directamente la realidad de los ciegos y valorar el esfuerzo que los invidentes hacen para integrarse y tener una vida productiva.

El Dia de los Difuntos

                                                        CEMENTERIO DE TULCAN

Aunque es tradición compartir los alimentos sentados en las tumbas, muchos lo miran como "una convivencia entre vivos y muertos", Los alimentos no fueron la única ofrenda que reposó en las pálidas lápidas de cemento, de madera o de mármol. Algunas se llenaron de regalos  Hubo quienes prefirieron hacerse presentes mediante la oración. "Con las plegarias, los vivos nos ganamos la indulgencia de las almas  Desde muy temprano, colocaron flores a sus difuntos y recorrieron luego los pasillos del cementerio para orar y colocar una tarjeta recordatoria en las lápidas de sus amigos y conocidos  La iluminación de la escultura en verde, amplios murales, modernas plazoletas, sala de exposiciones y vías de acceso regeneradas brindan vida, luz y color